Siempre he sentido una fascinación morbosa por aquella canción que interpretaba tórridamente Billy Paul, era “Me And Mrs Jones”, una hermosa composición de los adalides del sonido Philly, Kevin Gamble y Leon Huff, sobre el azaroso tema del adulterio. Hablé sobre ella en mi libro “Discos Ocultos”, ya que se encuentra incluida en una obra maestra de este sensual cantante.Pero estaba tratado con una elegancia supina, una relación amorosa que parecía rozar lo platónico, aunque lo bueno se escondía en los pensamientos del vocalista. La señora Jones tenía una vida respetable, pero cuando encontraba a Billy, uff cuando le encontraba, todas las preocupaciones se quedaban al otro lado de la puerta, desterradas para disfrutar de un momento de amor y éxtasis en comunión perfecta. Claro que, al terminar la velada, la tristeza inundaba los corazones de estos dos amantes ocultos. Estoy convencido de que ahora, en este mundo lleno de ignorancia y tabúes pacatos, la canción no sería vista con buenos ojos. Pero los negros tienen eso, una capacidad abrasadora para elucubrar acerca del sexo y hacerlo bien, muy bien.Billy Paul publicó su cuarto Lp en 1972, un poco antes del Blaxploitation, los Panteras Negras y el Brotherly in Love de Filadelfia, casi precursor de toda una generación para los movimientos pélvicos en lugares de dudosa reputación, con intimidades protegidas por música envolvente, hipnótica y encantadoramente asfixiante. Fue capaz, además, de reinterpretar “Your Song”, creada por Elton John, en clave soul, derrochando lujuria y calor. Y era expeditivo: “nena, ¿soy lo suficientemente negro para ti?” vaya, vaya.Ni una sola de las canciones de este LP bajan de lo notable, o aún diría más (parafraseo a los Thompson Twins), son claramente sobresalientes. Es el sonido de Filadelfia, en su máxima expresión, que arrasó en ventas y sirvió de excusa para que los adolescentes de aquellos años tuvieran encuentros con música acorde a sus deseos.Creo que, al final, la señora Jones encontraría un equilibrio entre su monótona vida y esos fogonazos esporádicos de amor. O no, igual se acabó jubilando pensando en que nunca supo acertar. Pero así es la vida.Buenas vibraciones!