Siempre he sentido una fascinación morbosa por aquella canción que interpretaba tórridamente Billy Paul, era “Me And...
Hola, soy Juan Vitoria y me defino a mí mismo como ideólogo musical, pero en realidad soy un apasionado por el arte, especialmente el arte sónico y, concretamente, el sonido eléctrico, desde el rock al soul, pasando por todas las vertientes que usan la adrenalina como vehículo de expansión.
Siempre he sentido una fascinación morbosa por aquella canción que interpretaba tórridamente Billy Paul, era “Me And...
Nos escudamos en los pecados de juventud para aislar el embrión de intolerancia que lucha por aflorar en una...
“Sé realista, pide lo imposible”, una de las arengas de aquel inolvidable Mayo del 68 que resiste a los embistes del...
A diferencia de otros países donde la cultura sobrevive con más brío, en el nuestro las tiendas de discos especializadas son una «rara avis» en un panorama de avispadas grandes superficies sin rigor ni compromiso, pero aún quedan algunas que ejercen de francotiradores diariamente.
Discos Amsterdam (¿el nombre?, una conexión Brel/Scott Walker o, también si cabe, John Cale) funciona desde 1982, huyendo del prototipo de «cool shop» que tanto aburre y mostrando un lado más humano, en el que los clientes son miembros oficiosos del lugar, donde se descubren día a día cientos de sonidos apasionantes y donde se discute acerca de tal o cual disco, como en una tertulia deportiva.