Ahhhh, el corrosivo sentido del humor de Nick Lowe. La nueva ola resucitó la alegría en un mundo rebosante de nihilismo punk; era el colapso esperanzador contra el “no future”, que aburría hasta al aposentador. Porque una cosa era los Clash y otra muy distinta el tarado de Sid Vicious.
La New Wave embelleció el panorama del rock, especialmente británico, con toneladas de diversión y optimismo, algo que la sociedad juvenil estaba necesitando. Y el caso es que muchos de sus adalides formaban parte de un pasado relacionado con el pub rock, eran músicos que ya combatían el ostracismo al que se había llegado a consecuencia de la ostentosidad musical reinante a mediados de los 70, donde solo el glam provocaba cierto picor insano a los bienpensantes, justo en el momento en que el prog se había ido por la tangente y mostraba su aletargamiento y su comodidad.
Nick Lowe era un viejo zorro, más por zorro que por viejo, que todavía no lo era; un personaje vibrante del pop inglés, que había demostrado sus cualidades en los formidables Brinsley Schwarz y que formaba escuadrón con tipos como Elvis Costello, Wreckless Eric o Graham Parker…
¿Y a que venía todo esto? Ah sí, a que el tercer single de Nick, antes de publicar su álbum de debút (“Jesus of Cool” en UK, “Pure Pop For Now People” en USA) se tituló “Bowi”, es decir, Bowie sin la E final… ¿Por? Bueeeeno, el gracioso de Lowe se burlaba, sin acritud, del Lp que acababa de publicar David Bowie, un disco titulado “Low”, su apellido sin la consabida E final, en realidad significaba “bajo”, pero Nick lo usaba como broma, utilizando hasta la misma tipografía en el título.
Conocerle es, sencillamente, amarle… Y mucho
Buenas vibraciones!