DISCO DEL DÍA (264)

En muchas ocasiones, las dictaduras de los líderes de los grupos, son una merma para exponer los talentos de los otros miembros de la banda. Lo más flagrante ha sido recordar esto en el caso de Beatles, con Harrison condenado a esconder sus maravillosas canciones que, afortunadamente, rescató en aquellos insustituibles discos en solitario. Pero ha habido muchos más casos, como el de Tom Verlaine, genio antipático e insufrible, que soslayaba a su guitarrista, Richard Lloyd, por no considerar interesantes sus composiciones. Bien, sin menospreciar la obra maestra que supuso en el rock neoyorkino el debút de Television, aquel «Marquee Moon», pocos se han atrevido a asegurar que el primer Lp en solitario de Richard Lloyd, el subordinado de Verlaine, superaba con creces cualquier cosa que el otro «famosillo» hiciera, con o sin Television. Sí, no lo dudéis, «Alchemy» es mejor que los discos de Tom en solitario o, incluso, el «Adventure». Richard era un músico tímido que tenía graves problemas de identidad, además de una sexualidad enfermiza y adición peligrosa a ciertas sustancias, por lo que su disco es consecuencia de eso, todo muy neoyorkino, desde luego. Un trabajo que mostraba la fragilidad de un chico con talento condenado al oscurantismo. Lloyd siguió haciendo algunos discos interesantes, pero vertió toda su carga emocional en éste primer disco.